Flor del Desierto

Bienvenid@

viernes, 1 de julio de 2011

Nueva Noche

-Es cómo una ráfaga de viento que empuja tu cuerpo y que de algún modo avienta tus peores sentimientos. No es conocida a la vista de todo pero es como algo implícito en nuestra vida.
La Maldad. Así es la maldad que unos mismo tiene en sus pensamientos…-

-¿Qué es lo que haces?- dijo con soberbia el demonio.

-Qué podía hacer, más que decir lo que siento y lo que me has enseñado- dijo con orgullo.

-Vaya que has aprendido mucho mi princesa, ¿hace cuánto que no nos vemos?...

El silencio se produjo en la sala en dónde se encontraba la princesa y no quedó más que el resplandor del demonio que alumbraba el pequeño discurso que entonaba aquella niña, que sin saber de las intenciones del demonio ésta le reclamó.

-¿Qué cuánto no nos vemos?, Mara no me hagas reír si bien sabes cuánto tiempo pasó desde la última vez que no vimos. No pretendas que no lo sabes pequeño Mara.

-No me hables así princesa del mar es que me sorprende escucharte hablar así…

El demonio empezaba a tramar algo y la princesa se daba cuenta de lo que hacía.

-Mara, te extrañe mucho, extrañe esa última vez que estuvimos juntos ¿recuerdas?...

-Sí princesa, recuerdo tu piel y tu mirada desorbitante… pero princesa, perdí fuerza, perdí poderes, perdí mis títulos, perdí muchas cosas por tener esa gracia de estar con un humano oh princesa me hice débil. Aunque hay una posibilidad de…

Lo interrumpió muy rápidamente.

-Mara, no me digas que…
-Así es princesa tengo que hacerlo porque si no moriría.

El ambiente se tornó muy tenso entre los dos y ninguno podía dar el paso al siguiente nivel. Alguien tenía que ceder de algún modo. La princesa pensaba muy en silencio cómo dejar ir a Mara sin que se la llevara muerta y Mara pensaba en cómo irse llevándosela sin que muriera. Bastante extraño el dilema para una niña de 16 años que era princesa en la tierra y más difícil para un demonio prisionero del amor.
Las horas pasaron y nadie habló hasta que anocheció, el que habló primero fue Mara.

-Princesa, ¿Qué tan dispuesta estás para seguir nuestro amor?

-Mara pequeño mara ¿piensas realmente en esto o es tan sólo una trampa? Por qué sabes que siempre te descubro.

-Princesa por favor, sabes que no puedo quedarme aquí es cómo morir para mí.