Flor del Desierto

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viernes, 26 de abril de 2013

El tren.

En que momento dejé de pensar en la soledad, en que momento dejé de pensar en mi egoismo. Pues no lo recuerdo, sólo me dejé de llevar por la corriente de agua que me iba alejando de la costa y me llevo mar adentro.

Me bajé del tren sónico en el que venía, su velocidad era tal que aterrizé de milagro en la estación. Me reincorporé y sólo tuve tiempo de levantarme y mirar a mi alrededor; algunos pasajeros se acercaron a ayudarme , tomé un poc de agua y al lo lejos pude ver cómo llegaba un nuevo tren que iba al cielo. No tuve tiempo de pensar y me subí. Ahí pude descansar del infierno en el que venia.

En dónde quedó esa ola de amargura, en dónde está esa mirada de odio que estaba en mi corazón cuando el otro tren me aventó en la estación. Ya no  recuerdo en que me momento ese tren desapareció de mi corazón.

Ahora sólo sé que estoy viajando hacia el camino correcto.

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